lunes, 20 de julio de 2009

Solo cuentos para dormir...

Y la mañana anunciaba el primer beso de tantos, para despertar a la Princesa. Y el cuento se acabó. Todo era mentira. Pinocho recuperó su redonda nariz y la bella durmiente siempre tuvo insomnio. Blanca Nieves, solo era una sirvienta de Castillo de dos pisos. Nunca hubo un hombre que la amara.

Las ranas se cansaron de cantar e iniciaron una huelga junto a los grillos. Plaga de mosquitos exigieron.

Hasta que encontré un libro que solo pude leer hasta la primera hoja, nunca entendí el contenido, por fin desperté a la normalidad por un segundo. Y tu viéndome sin entender que pasaba, mientras me dices que tu si lo habías leído en un momento. Por fin alguien que me platique un libro, y no entenderlo sola.

Si no me duermo, en este momento, van a empezar a salir de los libros todas las historias, y ya no tengo espacio en este cuarto para guardarlas. Dejo abierta la laptop para que las atrape por si alguna trata de escapar con el amante que se esconde bajo mi ventana.

Dormiré con esas manos tuyas entre las mías que me conducen a los lugares donde no existen todos esos cuentos, y mi tranquilidad inicia, este oficio de escribir lo que al cerebro se le antoja, me está dando algunas sospechas. El caso se investigará.

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