viernes, 17 de septiembre de 2010

Caen los árboles.





Los árboles mueren de pie. (Alejandro Casona)




Caen los árboles
con amoroso estruendo
los centenarios, los eternos
caen en su melódica ironía de madrugada,
adios vida,
bienvenido el fuego eterno.

Arderán
en el fogón de una carne que se guisa,
en la pradera que calienta a los fugitivos.

Trémulos árboles eternos
leña para muchas hogueras.

Para alumbrar mi nieve eterna.
Tomo un trozo de corteza
y la paladeo para sentir su sabia, de noche buena.

Árboles frodosos
que un día se eclipsaron,
que callerón haciendo temblar el sueño de los justos,
de los ansiosos de vida nueva
y en sus ramas mecieron sus frutos.

Árboles de la noche triste,
de los secretos
de los que han llorado incansablemente la hermosa vida.

Árboles caen y crecen para el remedio de las paridas,
de los insomnes
de los desterrados
que en soledad resurgieron.

Árboles que mueren de pie
y nacen bajo su propio estruendo.

Caen los árboles milenarios:
en el río de los que olvidan.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Solo queda una flama de esperanza
una pequeña luz salvadora de toda esta perdición
llamada olvido.

Para volver a empezar
para perdonar nuevamente
y creer que los motivos vengativos han muerto.

Una pequeña flama de esperanza
y hacerla crecer
con un fuego nuevo
y mil ilusiones inventadas por lo pronto
semillas tal ves fértiles
que solo con el tiempo
consumaran su final.

Como un pequeño botón de rosa
tal ves volver a creer en la vida.



II

Que mas tengo que hacer
te pregunto vida
si todas las hojas de mi libro estan desechas
si cada triunfo se lo come un infierno

si mi esperanza y mi fe esta caida.

Hasta donde amar,
y seguir creyendo
viendo como mi alma se quebranta
de gritos de dolor,
de esperanzas fallidas.

Error tras error,
solo cuentas de batallas perdidas.

O tal ves existe un gran y verdadero amor
o toda la paz necesaria para consolar mi vida.

Hay cielo,
hay esperanza,
asi es la vida?

Auxilio, me retiro.
Yo solo quería ayudar.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Y

ÉL.

No tuvo mas remedio que darme su odio.

Historias escritas con la sangre del corazón.


Libros que dan la primera llamada

al infierno eterno:

lugar donde habitan los que nunca entendimos de olvido,
los condenados por aferrarnos a lo no nuestro,
los que nunca logramos dejar de amar
a quien nunca nos amará.



Triste soledad de las que esperamos el turno del cadalso...

no espero nada de esta vida

solo espero el final.


Almas vivas que vagan en pena eterna
nunca moriremos
por siempre eternizadas.