SOLDADO DEL AMOR
Por Sade
Letra de la cancion (traducida)
http://www.youtube.com/watch?v=KL0x2wC-vF0&feature=related
He perdido el uso de mi corazón
Pero todavía estoy vivo
Sin dejar de mirar por la vida
La piscina sin fin en el otro lado
Es un Wild Wild West
Estoy haciendo mi mejor
Estoy en el límite de mi fe,
Estoy en el interior de mi devoción
En la primera línea de esta batalla de la mina de
Pero todavía estoy vivo
Soy un soldado del amor.
Cada día y de noche
Soy soldado del amor
Todos los días de mi vida
He sido desgarrado por dentro (oh!)
Me he quedado atrás (¡oh!)
Así que me paseo
Tengo la voluntad de sobrevivir
En el oeste salvaje salvaje,
Tratando mi más duro
Haciendo lo mejor
Para mantenerse con vida
Yo soy soldado del amor!
Espero por el sonido
(oooh oohhh)
Yo sé que el amor vendrá (que el amor vendrá)
Convertirlo en todo
Soy un soldado del amor (soldado del amor)
Cada día y de noche
Soy un soldado del amor
Todos los días de mi vida
Estoy perdido
Pero no me cabe duda (oh!)
Así que me paseo
Tengo la voluntad de sobrevivir
En el oeste salvaje salvaje,
Tratando mi más duro
Haciendo lo mejor
Para mantenerse con vida
Yo soy soldado del amor!
Espero por el sonido
Yo sé que el amor vendrá
Yo sé que el amor vendrá
Convertirlo en todo
Soy un soldado del amor
Yo soy un soldado
Sigue esperando que el amor llegue
Convertirlo en todo
(4x)
Soy un soldado del amor
Yo soy un soldado
Sigue esperando que el amor llegue
Convertirlo en todo
(3x)
Sigue esperando que el amor llegue
domingo, 27 de febrero de 2011
Soldado.
Una puerta sin cerrar,
una historia que no cede su historia
un laberinto que oculta sus salidas
y la melancolía jugando a las cartas del destino
magia negra para desatar vientos
maldecir y curar malos amores...
imposible.
Me toco el mundo de los buenos sacrificados
y santidades con caretas.
De los que no esperan nada a cambio
pues ya lo recibieron todo:
un cielo, un paraíso y la gloria imaginada,
a cambio de padecer el infierno en la tierra:
en el amor.
Con un ángel por guardaespalda
una virgen como ejemplo
y un retrato del hombre mas ingrato por motivo.
Bonito negocio
este de haber nacido
sin pedirlo,
para ser bueno
repartir bendiciones a los demas sin poderlo hacerlo para si,
amar amar amar
y no amarse,
arreglarle el mundo a la vida
con la casa deshecha
y el vestido por girones.
Repartir alimento
sin tenerlo,
Cobijar
cuando se tiene el alma en el hielo.
Mi reino, mi tesoro y mi alma por ti,
solo necesito descansar mi espiritu un momento.
lunes, 14 de febrero de 2011
Llego,
me quito la careta,
el falso antifaz que me cubre diariamente
protección de esta vida inventada,
falsa
como la vida por la que tránsito
y las vidas que vivo.
Me despojo de la ropa,
envenenada,
del maquillaje ficticio,
toco mi verdadera vida:
mia solo mia,
mi vida mi tesoro:
tras el muro, solo y tu sabemos
de esa verdadera vida que habitamos
y que se da expontanea sin inventos
plenamente feliz...
torrentes de amor emanando entre las piernas que nos recorremos
entre los brazos como enrredaderas
flores
y pájaros al son en un jardín secreto
una llave
miradas
me quito la careta,
el falso antifaz que me cubre diariamente
protección de esta vida inventada,
falsa
como la vida por la que tránsito
y las vidas que vivo.
Me despojo de la ropa,
envenenada,
del maquillaje ficticio,
toco mi verdadera vida:
mia solo mia,
mi vida mi tesoro:
tras el muro, solo y tu sabemos
de esa verdadera vida que habitamos
y que se da expontanea sin inventos
plenamente feliz...
torrentes de amor emanando entre las piernas que nos recorremos
entre los brazos como enrredaderas
flores
y pájaros al son en un jardín secreto
una llave
miradas
viernes, 11 de febrero de 2011
-A nadie se le hubiera ocurrido-
dijiste,
y mi boca empezó a sangrar...
tu voz me desgarraba por dentro.
Un torrente de purpura salió del alma
de la innanimada materia.
Sublime sentir,
de la que solo quiere escucharte, en silencio,
junto al murmullo de las oraciones
en la soledad de la cama,
en el delicado toque de los cuerpos...
Desmoronas cada una de las articulaciones
que sostienen a la muñeca,
mientras el corazón latia y latia su música fantástica
y el hielo recorria mis contornos...
Y yo besandote
inacabadamente
pues besarte es una obra de arte
quisiera llenarte de este amor
que no se de cual de todas mis bolsas vacias saco,
pues me brotan besos
como gotas de lluvia al mirarte.
Y tu voz, quebrandome, suave, hermosa, maravillosa,
luz de tus labios
agua de tus manos,
gran amor,
mira como me derrumbas
y como surjo
y me construyo
como el orgasmo sublime en que me pierdo
volcán en erupción
huracán que me habitas
¡ bendito seas en todas las horas
por dejar que robe rosas de tu jardin
agua de tus labios
luz
siempre en ti luz ¡
dijiste,
y mi boca empezó a sangrar...
tu voz me desgarraba por dentro.
Un torrente de purpura salió del alma
de la innanimada materia.
Sublime sentir,
de la que solo quiere escucharte, en silencio,
junto al murmullo de las oraciones
en la soledad de la cama,
en el delicado toque de los cuerpos...
Desmoronas cada una de las articulaciones
que sostienen a la muñeca,
mientras el corazón latia y latia su música fantástica
y el hielo recorria mis contornos...
Y yo besandote
inacabadamente
pues besarte es una obra de arte
quisiera llenarte de este amor
que no se de cual de todas mis bolsas vacias saco,
pues me brotan besos
como gotas de lluvia al mirarte.
Y tu voz, quebrandome, suave, hermosa, maravillosa,
luz de tus labios
agua de tus manos,
gran amor,
mira como me derrumbas
y como surjo
y me construyo
como el orgasmo sublime en que me pierdo
volcán en erupción
huracán que me habitas
¡ bendito seas en todas las horas
por dejar que robe rosas de tu jardin
agua de tus labios
luz
siempre en ti luz ¡
miércoles, 9 de febrero de 2011
El universo poético en la obra de José Manuel Fernández Febles,
El universo poético en la obra de José Manuel Fernández Febles,
o la meditación del olvido.
Agradezco de todo corazón la confianza depositada en mi persona por el autor de esta obra así como al Profr. Petronilo Amaya, para realizar un comentario a la obra del Sr. José Manuel Fernández Febles, nombrada “Ese inacabado mundo del olvido”, para lo cual me permito las siguientes reflexiones:
Conocer la Obra del Sr. José Manuel, con quien he compartido el espacio en algunos eventos literarios, fue una verdadera sorpresa, ya que es un libro que se apoderó de mi atención desde el momento que lo tuve entre mis manos. Ya que hablar de una obra poética no es fácil por su cantidad de interpretaciones y los mundos internos que ellas abordan.
He conocido a su autor por su obra, su espacio íntimo de preguntas, necesidades, arrebatos, angustias, placeres e inquietudes. Una verdadera pasión por la poesía, manifestada en la constante evocación por los momentos de la vida.
Noto en este libro, las características de la poesía interiorista, la cual pone de manifiesto una serie de momentos que nos hacen vibrar, y nos hablan de la persona del poeta, amparada con imágenes y símbolos de gran fuerza, produciéndonos en sus versos el goce y la admiración del objeto que causa lo bello, pues el dice así:
“Si la vida supiera, pero nadie sabe en la noche que roca desierta soy…”
La obra del Sr. Fernández, es un ejercicio filosófico y espiritual, que me conmueve ya que como escritora de poesía, me trasporta desde la primera línea a su obra y a su persona, haciéndome sentir compañera del mismo dolor, sin tiempos, compartiendo la melancolía expresada en su obra, siento en sus palabras, un hilo inmaterial con el que hablamos en el mismo idioma, sentirse identificado con otro poeta es obra divina:
“Tengo miedo a que olvides escribir mi nombre …”
Ya que sentir las frases de otro ser paralelo a nuestra existencia, en la que contundentemente se hable de temas como verdad u olvido, sueños, dudas y nostalgias, en donde el juego de adjetivos, verbos y sustantivos, circunstancialmente nos llevan a sentir, ante esta obra elaborada en significados, un correcto hilo conductor que nos lleva de principio a fin a una meditación profunda, en una estructura meditante, estratégica en sus intenciones de conmover al lector para que refleje su vida en frases como:
“ …buscando la verdad que ya no supe encontrar al pie de un río siempre en fuga”.
Por lo que volviendo al tema de la poesía interiorista, nos lleva también a la insinuación (Beristain, 2000) influyendo en el subconciente del receptor para inclinarlo en el sentido de la causa, recuperando su simpatía cuando haya sido ganada por el contrario; siendo este recurso de insinuación utilizado por la literatura dramática donde suele producirse ocultando el emisor la propia opinión: “…Aceptar la realidad que rechaza el sueño, es morir rompiéndote la vida”.
La poesía, es conocimiento, ejercicio espiritual, método de liberación interior, regreso a la tierra natal, oración, letanía, según Octavio Paz. O como dijera San Juan de la Cruz, el poeta puede sumergirse en un estado de “receptividad”, “deseando la nada”, en donde no desaparece la voluntad de querer contemplar la nada, de oír la “música callada” o de sentir el perfume de que “el vacío es plenitud”, como dijera Lao-Tsé, lo cual se refleja en la obra de nuestro autor:
Yo creo que, desde tiempo atrás,
cuando aún no se había nacido, reflexionaba
desde el vientre amoroso, cuánto duele
el equilibrio de vivir.
Hay estados pasivos, esto es, momentos de plenitud, o lo que es lo mismo, “experiencias cumbres”, como diría el psicólogo humanista A. Maslow, en los que “del núcleo del ser salta un chorro de imágenes”. Un poeta azteca confirma esta afirmación: “mi corazón está brotando flores en metal de la noche”.
El poeta, hoy citado, dejándose llevar por las aguas rumorosas de las imágenes, roza las orillas de la existencia e intuye un ámbito, un estado de unidad de su ser con el cosmos.
El poeta no es un filósofo conocedor de muchas cosas, sino un ser distinto con poder recreador a través de la poesía, ante lo cual Octavio Paz afirma: “la revelación poética implica la búsqueda interior”, y no se toca, más real y trascendente.
El encuentro con lo otro es un estado de soledad que nos hace entrar en contacto con la esencia de nuestro ser. Ante lo que argumenta Paz. “El hombre anda desaforado, angustiado buscando a ese otro que es él mismo, y nada puede volverlo en sí, excepto el salto mortal: el amor, la imagen, la aparición”.
En el léxico de nuestro autor en las palabras: ausencia, presencia, silencio, vacío, plenitud, nos revela esta clasificación poética, por su proximidad con los estados poéticos sacros y los amores del ser con lo original.
Noto en su poesía, en las reflexiones sobre la soledad, en la insistencia de ser evocado por otro, o la hermosa manera de citar al olvido, una obra que nos deleita con frases finas y correctamente logradas, en donde hay una negación total a que la poesía muera, la razón como aquello que vence a la muerte, poesía que se aferra al instante y no admite la esperanza, el consuelo de la razón (Zambrano, 1998).
Por lo que recomiendo al lector de la obra de José Manuel Fernández, mirarla, sentirla, hacer una meditación ante el olvido, saborearla como la pintura que el autor hace de ella, con los ojos del corazón, y de quien escuchamos desde la profundidad de la ausencia: el hondo sonido de una voz desnuda, sin nombre, a solas, como una llama que no cesa.
Mónica Reveles
Durango, México.
Invierno, enero 2011.
o la meditación del olvido.
Agradezco de todo corazón la confianza depositada en mi persona por el autor de esta obra así como al Profr. Petronilo Amaya, para realizar un comentario a la obra del Sr. José Manuel Fernández Febles, nombrada “Ese inacabado mundo del olvido”, para lo cual me permito las siguientes reflexiones:
Conocer la Obra del Sr. José Manuel, con quien he compartido el espacio en algunos eventos literarios, fue una verdadera sorpresa, ya que es un libro que se apoderó de mi atención desde el momento que lo tuve entre mis manos. Ya que hablar de una obra poética no es fácil por su cantidad de interpretaciones y los mundos internos que ellas abordan.
He conocido a su autor por su obra, su espacio íntimo de preguntas, necesidades, arrebatos, angustias, placeres e inquietudes. Una verdadera pasión por la poesía, manifestada en la constante evocación por los momentos de la vida.
Noto en este libro, las características de la poesía interiorista, la cual pone de manifiesto una serie de momentos que nos hacen vibrar, y nos hablan de la persona del poeta, amparada con imágenes y símbolos de gran fuerza, produciéndonos en sus versos el goce y la admiración del objeto que causa lo bello, pues el dice así:
“Si la vida supiera, pero nadie sabe en la noche que roca desierta soy…”
La obra del Sr. Fernández, es un ejercicio filosófico y espiritual, que me conmueve ya que como escritora de poesía, me trasporta desde la primera línea a su obra y a su persona, haciéndome sentir compañera del mismo dolor, sin tiempos, compartiendo la melancolía expresada en su obra, siento en sus palabras, un hilo inmaterial con el que hablamos en el mismo idioma, sentirse identificado con otro poeta es obra divina:
“Tengo miedo a que olvides escribir mi nombre …”
Ya que sentir las frases de otro ser paralelo a nuestra existencia, en la que contundentemente se hable de temas como verdad u olvido, sueños, dudas y nostalgias, en donde el juego de adjetivos, verbos y sustantivos, circunstancialmente nos llevan a sentir, ante esta obra elaborada en significados, un correcto hilo conductor que nos lleva de principio a fin a una meditación profunda, en una estructura meditante, estratégica en sus intenciones de conmover al lector para que refleje su vida en frases como:
“ …buscando la verdad que ya no supe encontrar al pie de un río siempre en fuga”.
Por lo que volviendo al tema de la poesía interiorista, nos lleva también a la insinuación (Beristain, 2000) influyendo en el subconciente del receptor para inclinarlo en el sentido de la causa, recuperando su simpatía cuando haya sido ganada por el contrario; siendo este recurso de insinuación utilizado por la literatura dramática donde suele producirse ocultando el emisor la propia opinión: “…Aceptar la realidad que rechaza el sueño, es morir rompiéndote la vida”.
La poesía, es conocimiento, ejercicio espiritual, método de liberación interior, regreso a la tierra natal, oración, letanía, según Octavio Paz. O como dijera San Juan de la Cruz, el poeta puede sumergirse en un estado de “receptividad”, “deseando la nada”, en donde no desaparece la voluntad de querer contemplar la nada, de oír la “música callada” o de sentir el perfume de que “el vacío es plenitud”, como dijera Lao-Tsé, lo cual se refleja en la obra de nuestro autor:
Yo creo que, desde tiempo atrás,
cuando aún no se había nacido, reflexionaba
desde el vientre amoroso, cuánto duele
el equilibrio de vivir.
Hay estados pasivos, esto es, momentos de plenitud, o lo que es lo mismo, “experiencias cumbres”, como diría el psicólogo humanista A. Maslow, en los que “del núcleo del ser salta un chorro de imágenes”. Un poeta azteca confirma esta afirmación: “mi corazón está brotando flores en metal de la noche”.
El poeta, hoy citado, dejándose llevar por las aguas rumorosas de las imágenes, roza las orillas de la existencia e intuye un ámbito, un estado de unidad de su ser con el cosmos.
El poeta no es un filósofo conocedor de muchas cosas, sino un ser distinto con poder recreador a través de la poesía, ante lo cual Octavio Paz afirma: “la revelación poética implica la búsqueda interior”, y no se toca, más real y trascendente.
El encuentro con lo otro es un estado de soledad que nos hace entrar en contacto con la esencia de nuestro ser. Ante lo que argumenta Paz. “El hombre anda desaforado, angustiado buscando a ese otro que es él mismo, y nada puede volverlo en sí, excepto el salto mortal: el amor, la imagen, la aparición”.
En el léxico de nuestro autor en las palabras: ausencia, presencia, silencio, vacío, plenitud, nos revela esta clasificación poética, por su proximidad con los estados poéticos sacros y los amores del ser con lo original.
Noto en su poesía, en las reflexiones sobre la soledad, en la insistencia de ser evocado por otro, o la hermosa manera de citar al olvido, una obra que nos deleita con frases finas y correctamente logradas, en donde hay una negación total a que la poesía muera, la razón como aquello que vence a la muerte, poesía que se aferra al instante y no admite la esperanza, el consuelo de la razón (Zambrano, 1998).
Por lo que recomiendo al lector de la obra de José Manuel Fernández, mirarla, sentirla, hacer una meditación ante el olvido, saborearla como la pintura que el autor hace de ella, con los ojos del corazón, y de quien escuchamos desde la profundidad de la ausencia: el hondo sonido de una voz desnuda, sin nombre, a solas, como una llama que no cesa.
Mónica Reveles
Durango, México.
Invierno, enero 2011.
domingo, 6 de febrero de 2011
El día de hoy desperté
y aunque see que este pensamiento sonará muy cursi
me di cuenta que mis complicaciones acaban
y que soy muy feliz,
el amor se posa en mi puerta como un ave
y pues aunque no tengo todo lo que quisiera
tengo lo que necesito
nadie mejor que yo conoce lo que me pasa,
y tengo mucho por hacer,
siento que bailo al ritmo de la vida
una danza que nadie me enseño
surge de mi interior como un torrente
y me dejo llevar por su furia o su calma.
Hoy soy yo
sin máscaras,
mis circunstancias
sin arrepentimientos
completa para dar.
Bendito Sol que me iluminas.
El Concierto no estubo mal
fin de semana tan diverso
como una nave de neon
emerjo sobre el phoenix alado,
nocturna soy
y los recorridos por las calles junto a la dama de negro
los escaparates apagados
y los seres marginales
son familiares cercanos...
por fin disfrutar de la soledad de la noche junto a mi:
regreso a mi verdadero mundo
a la vida real que se respira en la calle nuestra
en el verdadero rostro de sta ciudad
que no tiene tiempo ni nombre
ni la prisa del trabajo por entregar
ni del beso oculto
o del amor a ciegas...
bendita noche de los que nos reprimimos de día
para vagarla
amarla
y dejarla.
Estoy convocando a las hormigas
felizmente, aun escuchando las notas ajenas
los acordes de estruendo
y los pájaros del bosque inventados por el violín
rearmando de nuevo mi futura vida
entre el rezo, el trabajo y la melancolía,
el arte: pintura, música amor y poesía para salvar mis días.
El monstruo del pasado muere lentamente:
será muy dulce este despertar.
Tengo un Sol muy grande
en el que me reflejo.
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