lunes, 6 de julio de 2009

La estacion de los temblores



Mariposas en la luz



Este delicioso placer, profundo
donde la boca aguarda los deleites
sabe en su hoy que las nostalgias son ave fénix.



Muere el bienamado en su careta, cae el vestido hipócrita de los reyes:
por fin del mundo me he librado,
de sus pasadizos, de sus misterios, lujurias, redes.



Ámame
en la estación violenta,
en el juego acelerado de ir y venires de bufones.



Sea el cuerpo nuestro refugio próximo,
rodeados, protegidos,
mientras escribo un canto que me despierta de las pesadillas próximas,
que me alimenta con tu sabia dulce,
mientras bailo por en esta música tuya
que se entrega
que me cede el mundo de fractales
que compone una nueva sinfonía
en su propio enigma,
en su extrañeza,
en la individualidad que ansio.



Este delicioso placer que cedes,
y provoca manantiales,
ha desatado la furia de las mariposas
que se amontonan en el vientre que exploras.





Sembradores.



Se nos ha dado la tierra.
Los ojos se han encontrado nuevamente, inicia el rito del deseo.

Nos buscamos,
con la ansiedad del que no ha respirado por muchas horas.

Tomas mis manos, y vas mas allá, jalándome para llevarme a tu cuerpo
que de nuevo se enciende y me siento en tu árbol de mil ramas.


Me besas, con tu deseo de hombre
en nuestras ansiedades explorarnos,
para encontrarnos, nos atamos uno de otro
para no perdernos
y estas tras de mi
yo dispuesta a tu entrega,
ángel guardián, hombre que me arropas como ser de sol,
inicia el estremecimiento:
un temblor sucumbe la tierra
hay un nuevo inicio mientras buscamos el refugio
que nos hable de nosotros mientras pasa el cataclismo.

Miras



nos perdemos al encontrar la morada
tus manos han recorrido las extremidades, hasta su origen
y el temblor de tierra me divide.
y mi lengua que te ansia, y sigue a cada poro,
a tu hombría
al inicio de todas las historias.



Entras en mi cuerpo,
completo, sin el plan a seguir,



sin el prejuicio programado



pleno

tu

que vas mas allá de ti, a donde esos ojos y estas manos que exploran de lado a lado
descubren sus grietas
y las sellas con amor profundo,
con el éxtasis de esta media-tarde
de éstas noches de insomnios húmedos
con la voz que despliega mis orgasmos
que desean gritar desde esta celda pálida,
que se encuentran con tu rostro
sintiéndose en tu cuerpo,
y sigues explorando mi pecho,
cuando te acaricio el lado izquierdo
abrazados fugados,
para seguir en esta danza sin fin tras los espejos.





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