lunes, 12 de octubre de 2009

PARA QUIENES ME SIGUEN.
MI ABRAZO FRATERNO POR LEER ESTA VIDA.


L. Angel:
En esta estación que me bendice
miro el presente, me siento nueva:

Un viento del suroeste caliente
el viento norte frío
me dicen que las costelaciones que eran errantes
han vuelto:
me asomo a sus ventanas
las veo aun de lejos, sedientas de nosotros
de ese rito que se hacía el único al formarnos una tras otra y girar en armonía
al fin juntos
una silla junto a la otra
contándonos nuestros presentes
sonriéndonos
mientras escuchamos
como se revuelcan y sollozan los ángeles oscuros,
en un eco de voces.


Esta plaza que arropa tempestades,

estas lozas que piso a diario y que han comido de nuestras lágrimas

desde esta silla negra

que te da las gracias por acercarte

y sentarte junto a mi,

depués de tantos años,

de largas luchas

abrazo a la vida

por verte de nuevo vivo,

y de saber que no perdí tus razgos

y que esa cámara en la que te capturo para siempre

no le gana a mis recuerdos

a mi dicha de verte siempre vagabundo

amante

hombre de vida

nunca y para siempre mío

un solo instante, como los cometas

como el fuego del relámpago

ángel malvado,

no existe el tiempo,

no hay palabra que mida el destino

y esta silla a media plaza

esta historia sin final de nuestro Sabina,

y ese libro siempre tuyo en el que encontré la ciudad que me persigue, la que amo para siempre
porque me canse de maldecirla el día que me convenciste de quedarme, en aquel poema de Kavafis, como una maldición, como un tatuaje que tengo en la parte mas profunda cuando dice:

La Ciudad:
Dices: "Iré a otra tierra, hacia otro mary una ciudad mejor con certeza hallaré.Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,Y muere mi corazónlo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.Donde vuelvo los ojos sólo veolas oscuras ruinas de mi viday los muchos años que aquí pasé o destruí".
No hallarás otra tierra ni otro mar.La ciudad irá en ti siempre. Volverása las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;en la misma casa encanecerás.Pues la ciudad es siempre la misma. Otra no busques -no la hay-ni caminos ni barco para ti. La vida que aquí perdistela has destruido en toda la tierra.



Amado de imagen eterna

vuelves a mi después de tantos amaneceres,

de las lecturas que ya no encuentro de ti en el periódico,

mas se de ti

y en este día que te invoco,

bienvenido de nuevo a esta vida.

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