Hoy solo te miré por la calle
y vi tu escencia despues de invocarte.
Mas de 20 años y los cuadros de S. Toulet. Si no hubiea sido por esa exposición yo sería una mujer normal, como las que quieren todas las mamás del mundo, buenas hijas y buenas madres y tu continuarías cruzando las mismas calles, cuidando a la muerte, escondiendo los tesoros. Pero no fué así. Ayer tenía que cruzarme con tu sombra, con el reflejo de la próxima muerte. Y quiero escucharte de nuevo como hace 20 años. Con la misma curiosidad de esa niñita que se asomaba a las vasijas de las momias. Con el miedo por burlarme de tus historias y entrar a la casa de Doña Olga, donde llegarón los ovnis.
Si yo ese día me hubiera ido a la casa, como chica bien portada, ahora seria medallita de oro, funcionaria de primer mundo. Pero me quedé ayudando en la batalla, persiguiendo enemigos, y muriendo de amor por todos mis amores. Pues nunca entendí que la vida es una chica coqueta, falsa e hipócrita. Que come con mas de cinco amantes, pero no duerme con ninguno, pues cree que puede veder muy cara su virginidad. Que el mas traicionero de los hombres, la prostituta mas barata, le salen debiendo siempre y que nunca será lo que parece.

Pero no me fui a mi casa, llegué a ti, siempre fuiste la puerta de mis escapes, la silla sabía en la que me alimentaba para conocer el mundo y sus felinos. Que tu metafisica, los remedios y las incurciones espirituales siempre me valieron, pues solo me interesaba tener la compañía, la cueva, y nunca entendi tus escritos y tu mundo.

Mas atravecé por tu puerta, robé el mapa, me hice famosa con él, y luego lo quemé. y hoy que veo el reflejo de la muerte que te acompaña, temblé, sentí tu demencia, y que el tiempo ya pasó hace mucho.

Volveré a verte, para atravesarla de regreso, pues es tiempo de volver a platicar mis recorridos, a cerrar esa puerta, para que otro(a) toque.

Vamos de paso.