lunes, 3 de mayo de 2010

Tan, tan
suena la ventana, intempestivamente a la luz del viento.
Suena celosamente enlutada.

Tan, Tan...
son las doce

una carcajada me dice que este frío intenso en pleno mayo es una señal de final.

Tan,
tan...
amores engañosos

siento su sangre fría recorrer mis venas,
la que un día me embargó de sinsabores
la venenosa sangre del amado.

Tan, tan...
tiemblan las manos poseidas, las manchadas de semen, sudor, motivos.

Tan desoladas
amarradas con las espinas del olvido.

Dolor del viento congelante,
jugando en los huecos de las ausencias

aves negras merodeando los escombros del deseo.

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