martes, 11 de mayo de 2010




I
Este día un ángel me miro con la maleta de mis tristezas a cuestas,
sentada en el borde de una barranca contemplando las estrellas
burlándome, viéndolas caer;
desquitándome con ellas de mis derrotas
perdida de nuevo, viendo como algunas almas llegan y se van.

Meditante, mirando lo infeliz que he sido en este camino exitoso
con esta vida prestada, y de nuevo sola como las ánimas.

Leyendo las mentiras que creo
y haciéndome muchas preguntas que no tienen respuestas.

Mas al fin completa
otra ves mas me salgo con la mía
mi cuerpo se reintegra
ya no me falta ninguna costilla
y tengo el pedazo de corazón que había perdido.

Y ahora que…
en cuanto tiempo necesito volver a perderlo
y correr por el como un hijo o un papalote extraviado,
con mis ojos ciegos
y estrenar estas lágrimas que recuperé camino al mar…

II
La impaciencia me llevo a buscar de nuevo un ángel que me cuide
y llegaste batiendo tus alas dentro de una película de legiones
pues muchas legiones de ángeles necesito
para esta mujer desorientada, mas que las brújulas
necesita de muchas, miles que la protejan
que la acompañen,
que piensen con ella en esta cruel batalla
de un solo enemigo: yo misma.

Me miro, necesito de ti,
Ángel de la guarda cuídame de este demonio que soy
Átame con tu luz
Combáteme.

“Ángel de la guarda
dulce compañía…
vela junto a mi
de noche y de día…”

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