lunes, 4 de julio de 2011

El eterno momento


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Tu cuerpo,
vela de huracanes encendida,
prisión de amores del pasado,
arca de maravillas.
Recorriendo poro a poro,
te deseo sedienta,
orgullosamente desplegándome en ti,
trasportada a tu mundo:
fresco campo por el que corro tomando los frutos entusiasmada
Ada soy de tu mundo
Ninfa que habita tus cavernas
Musa maravillada rezando en el templo de tu vientre,
columnas de tus piernas.
Voy a la región mas secreta
disfrutando el éxtasis de este momento,
del cuerpo conectando a otro cuerpo,
muslos y vientres compartidos ansiedades próximas por ser uno
única semilla inseparable,
nostálgica historia de lo cierto.
Miro esta realidad de sabores y aromas
de la historia interminable en tus piernas
del amoroso abrazo en las caderas
y el dulce placer siempre listo, hergido, satisfecho.
Fruta incomparable olvidada por los dioses en sus peleas efímeras:
deseado cetro del poder.
Mi Ninfa, ha atravesado tus bosques
los recorre con su danza furiosa de placer,
toca por mi, todo lo que ve,
y me lo guarda en el cofre de las dichas
de los tesoros que nunca se encontrara
en el pabellón donde se guardan los silencios
de los cuerpos enlazados
mil y una noche de placeres.
Vuelvo a mi,
necesito hacer oración por el eterno momento.

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