lunes, 22 de junio de 2009

Poemas de luz y sombra





POEMARIO DE LUZ Y SOMBRA

Par quien es Luz.


I
Encontré las notas errantes…
después de diez años se cruzaron en mi camino: venían iguales y sin cicatrices.
las observé de nuevo:
felizmente maquilladas, bailaban con su sombra.

Y me mire.
Te mire
toque tu espejismo,
entré a tus contornos
atravesé tu mundo:
trasparencia en tus ojos.

Y una lágrima…
reflejada a la mía, como dos gotas de agua que se unen
por su igualdad, de estar tan solas,
de saberse unidas,
de empezar a soñar la vida, después de la vida,
de creer que la realidad también es un sueño y puedes cerrar los ojos
y tocar
y enredarse en el cuerpo próximo
y saber que se es lo que se es…

abrí los ojos, y estabas tu
mirando mi universo.


II
Era la despedida el principio de aquel beso callado,
de las miradas que descubren la luz que lo sabe todo.

De quitar las caretas
las máscaras y el tiempo.
volver a mirar lo nunca visto,
lo invisible a nosotros y un hecho para los otros.

De entrar a los códigos de miradas que hablan
y se desvelan por descifrar su dicha,
De estar uno en el otro sin conocer las diferencias
y saber que en tu cuerpo habito
como la luz de la memoria.

Y éramos yo en ti y tú en mi,
y de nuevo la luz
y la creencia en el alma.


III

La luz de la habitación, acabó con un toque,
fue mas nuestra luz y todo se apagó.
Desconcertada, salí rodeada de energía,
deslumbrada por tu luz habitaste en mi.
Velas, candelas, cirios,
no fueron suficientes
pues solo tu luz,
abarca todos mis rincones.



IV
Las manos que hicieron posible nuestros besos,
son ahora las candelas que alumbran nuestros pasos.
Vamos de la luz a la penumbra
juntos rodeándonos con los brazos.

Avanzamos en la senda perdida,
navegamos al placer de nuestros brazos,
la llama, la vela encendida
solo la apagan nuestros labios.

Somos el placer en la penumbra.
Somos un instante en el ocaso.
Somos la gota fina entre la lluvia.
Y el calor del granizo bajo un árbol.

Tu aroma se fue de los besos a mi boca
en la mente te tengo y te respiro
antorcha ardiente de una noche oscura.




V
Me encanta explorar tu cuerpo:
eres el árbol firme por el que mi deseo busca recorrerte
subir a cada una de tus ramas
mecerme en el sueño sin caerme.

Tus labios son como una hoja fina del manzano,
del aroma del naranjo.
miel, que saboreo,
polen,
y semilla que siento entre las manos.

Es tu paso firme una rama
que puede herir o ser fin caricia
son tus ojos pequeños el brillo de las gotas.
Es tu cuerpo el roble fuerte, al que me ato,
el eucalipto suave, el pino rudo,
hago de tus ramas una cuna
y duermo fliz
como niña en tu regazo.

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