Abro las entrañas al manantial de tu aliento,
desnuda voy a tu mundo
sin prisas ni caretas,
basta de tanta falsedad
si nos conocemos desde el cielo hasta el infierno.
Desde la punta de tu cabello por donde transitan
jinetes furiosos
hasta la punta de los pies tejiendo quimeras.

Basta de caretas
de nuestra soledad aprisionada
de los odios que repartimos
y batallas a muerte acabadas en la cama.

Basta,
logremos ya cada quien su mundo
sus ambiciones y exesos sin medida.
Y pongamos freno a la pasión que se desata,
al roce de tu cuerpo
a manos enlazadas
al vuelo de las palabras
a esta inercia contenida
cuando te miro a los ojos
y evitas decir lo que amas.

Tenemos la tierra prometida,
tiremos esta pared de odios
de frases acribilladas.

Solo giro mi cuerpo
y si te incito,
te invito al arcoiris de la nada.