martes, 17 de agosto de 2010

Con este doloroso placer de estar viva
me pregunto
y nada tiene respuesta:
mirando mi realidad te invoco:

y encuentro voz en tu cuerpo
como el tambor de las quebradas
por el que se resbalan los ecos.

Hay cosas que no se pueden evitar
y se provocan
y veo como corres como balón de luces
atrapado por una reja de fuego.

Inevitablemente
te invoco
en este hermoso sueño.

Pues este reconocimiento de ti
y este juego del que aun no salgo de la apuesta
esta espera de lo que no hay que esperar
me vaticina
que la fiesta aun no comienza.


Caronte ya tiene las monedas en esta travesía.

¡qué puede perder
quien ya ha perdido todo¡