martes, 23 de diciembre de 2008

ESPEJISMOS. 2009.

Necesito volver del sueño,
donde cada una de las corta cuentas se hizo maravillas.
Donde la máquina de escribir dejó de funcionar
y me dejó
desperdiciando pedazos de papel
con lágrimas enfermas.
Necesito volver a reconocer mis pertenencias
las malas acciones que me hacían buena
y las calles de recorridos con focos rojos.
Un espejismo abunda
y la mirada de hoy
está manchada por la carne ajena
y el gusto desvelado.
y la angustia se marchó a un nuevo estado de locura.
El sueño me estalla
y en la realidad te miro: una película en el cine acaba.
II
En el salón te observo tras en el cristal que te refleja,
Nos volvemos a sentar de frente, como hace mas de 10 años, que no he contado, pues el recuerdo de tus manos morenas, de tu mirada de hombre inocente que hace guardia a una mujer se aproxima. Recuerdo mi falda hueso y mi saco con piedras brillantes. Mirándome fijamente, sin perder detalle de mis pasos. Ayer, en esa noche en que te mire, también tomaba protesta con otros hombres. Hoy una historia se repite, la vida me dice que vuelvo a vivir y me da otra chanza, pero esta ves, para mirarte tras el cristal que recoge el espejismo de tu imagen revelada, para vernos a los ojos tras el vidrio ahumado por el tiempo y saber que aun tras el espejismos estamos vivos y risueños de una vida en la que nos pertenecimos, y nos volvemos a mirar y no despegar el instante amanecido.
Que aun no me perdonas, pues tu sonrisa complice me dice que es peligroso acercarse. Por fin encontraste el monstruo de tu vida y te niegas a enfrentarlo. Prefieres que te observe, esperas el momento de ser devorado vivo por estas piernas de una niña que se hizo mujer. Te has mirado. No has cambiado, eres el mismo espejismo de ayer y tus manos morenas, son las únicas poseedoras de nuestro secreto. Mírate, esta búsqueda de años de soledad en que un ideal se sigue, en que nos has dejado de tenerme en tu vida continuando en el juego próximo de los acercamientos, de los besos en la oscuridad, de las miradas en los espejos, de las manos tan lejos, tan lejos y tan cerca en el pensamientos haciéndonos el sexo.

III
Me avergüenzo de ti amado hijo,
has desobedecido los dictados matriarcales de amarme eternamente,
traicionaste con tu miembro, las finas sábanas de los placeres nocturnales
y despojado al alba de escuchar tus gritos de placer.
Ya no bailas la danza anónima, triste melodía de los amantes,
Y te lanzaste al vacio a recorrer las calles
a penar eternamente en mi nombre
y buscar la primera puta del camino, solida de una a otra costilla.
Sin amor, sin sexo.
Y te vas a caminar con tu paso doliente, como diablo empobrecido
con la nostalgia de un barco que se fue y nunca te llevó en sus entrañas,
y jamás volvió por su hijo pródigo.
Hombre que en los amaneceres recobras la conciencia
y olvidas la acción de las noches sediento de cerveza
Como diosa que soy, te concedo la última oportunidad:
despoja tus amargas vestiduras
y pasa por mi casa para lavar tu cuerpo con el elixir mágico de la vida
vestirte de besos divinos.
Y ámame, eternamente,
disfrutando de los caprichos del cuerpo que no has cedido
y del amante que dentro de ti erupciona.

No hay comentarios.: