Para que el trabajo poético surja, hay que creer.
Para que lo que surja, sea valioso, hay que experimentar motivación.
Creer y motivación, dos palabras claves para empezar una línea, una gran obra.
Escribir poesía es un acto de fe. Hay que tener uno o muchos dioses, construir un templo, lugar de oración. Luego llegaran los seguidores. La poesía, por si, hace milagros.
Un poema es un camino, siempre hay a donde llegar, iniciar una línea es crear un universo donde la palabra siembra otra palabra. Es una semilla más que la del ciento por uno, siempre y cuando se crea en ella sin los sentidos, por acto de fe.
A través de los sentidos se origina su materialidad, un papel en blanco poetizado, es un mensaje de paz o guerra declarada. Es un acto de amor o un mensaje de suicidio.
Hacer poesía, es uno de los oficios mas humildes, no entendidos, deprimentes, exiliadores, no hay salario; pero esta muy cerca de ser un pequeño dios.
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