viernes, 31 de julio de 2009

I
En esta danza de madrugada
silencio combinado con la sombras nocturnas
te evoco
voy al sueño.

Soy el trueno
la lanza profunda
la piromana
la sonámbula
la que estrella al mundo
la que solo sueña.

En mi letargo profundo me sigue el incienso de tu cuerpo
y el sabor que tengo de la mirada con la que me sigues
desde tu tercer ojo...

recorro las ojas de las manzanas
y te miro desde el árbol


Toco tus manos,
y mientras hojeo este libro en el que se escribe nuestra historia solo vivo
transpirando por una nueva mañana
con la que se renuevan los despertares.


II
Azúcar
sal
pimienta

Soles

una noche.

Las siluetas
las sombras
tu espejismo


sales a mi...
te habito, soy el pájaro errante que encontró un regazo.


III

martes, 28 de julio de 2009

Cantos






Cantos.

Dime tu pájaro de las mil voces
en donde se concentra el amor de vida,
tu que vuelas libre y que acudes a esta peregrina
llegada al santuario del amor
de donde tomas tu canto.

Dime si llorando nos liberamos.
Si un grito funde los barrotes de su jaula.
Dime como liberar el canto que no escucho
de mi gorrión.



Oxígeno


Solo necesito una palabra
para vencer el miedo al oxígeno.
Frío elemento al que temo
el que me hado las mil temperaturas
y que funde mi cuerpo.
Mas necesito oxígeno
y respirar,
para expulsar esta ausencia que me libera.




Varitas

La punta de la varita no era de cera
ni tenía un pabilo para alumbrar la noche.
Ni tampoco es un elemento mágico.
Es el amor que se concentra en ella
es el centro vorágine de esta madeja de tentaciones.

La varita mágica de tu cuerpo
elemento extraño
que estudio
enciende este hielo,
derrite las manos,
y atrapa en su fuerza centrífuga
hasta el mas oscuro rincón de los motivos.
Y la entrepierna por la que te balanceas.

jueves, 23 de julio de 2009

Naufragios

destellos,

salir del laberinto donde el fauno estubo a punto de vencerme

salir del pozo sin agua mas que mis lágrimas

trepar por tu cuerpo como una enredadera
escalera de luz
trapecio sin obstáculos

acepto ser la loca
y volver al pozo

mientras tenga entre mis manos tanto amor

tu cuerpo,

esa entrega con la que eres tan grande

y esa parte de ti que late
y me hace pedazos el alma
volviédola a juntar.

Tomo esas manos que te hacen tan mio
y las llevo a mi corazón lumbrera que se niega a salir
aterrado de tanto tiempo
sin sentir
sin latir
sin dejar el llanto que mane y me lave

miro los caminos que me traen a ti

nunca transitados

disfrutando las veredas de tu cuerpo.

Voy por tu vida

la tomo

y la llevo en

mi corazón,

alma,

vientre.

lunes, 20 de julio de 2009

Solo cuentos para dormir...

Y la mañana anunciaba el primer beso de tantos, para despertar a la Princesa. Y el cuento se acabó. Todo era mentira. Pinocho recuperó su redonda nariz y la bella durmiente siempre tuvo insomnio. Blanca Nieves, solo era una sirvienta de Castillo de dos pisos. Nunca hubo un hombre que la amara.

Las ranas se cansaron de cantar e iniciaron una huelga junto a los grillos. Plaga de mosquitos exigieron.

Hasta que encontré un libro que solo pude leer hasta la primera hoja, nunca entendí el contenido, por fin desperté a la normalidad por un segundo. Y tu viéndome sin entender que pasaba, mientras me dices que tu si lo habías leído en un momento. Por fin alguien que me platique un libro, y no entenderlo sola.

Si no me duermo, en este momento, van a empezar a salir de los libros todas las historias, y ya no tengo espacio en este cuarto para guardarlas. Dejo abierta la laptop para que las atrape por si alguna trata de escapar con el amante que se esconde bajo mi ventana.

Dormiré con esas manos tuyas entre las mías que me conducen a los lugares donde no existen todos esos cuentos, y mi tranquilidad inicia, este oficio de escribir lo que al cerebro se le antoja, me está dando algunas sospechas. El caso se investigará.
A

V

E

CES


T
A
N

F


R


A


G


I


L

E

S


COMO


UNA



PLUMA,


Como un destello del vacio.


Como la última lágrima del olvido.

Llanto

Llanto.


Susurros.


Manos que inician su vuelo en la fragilidad.

Sombras que llegan del exilio.

Canto para olvidar.









Despierto.



Esta espera que desato por la madrugada de tantas en mi normalidad. Estas ansias de ser Nosferatum bebiéndome la hemoglobina de la noche sin fiestas, me tumba en la cama que te espera, mientras los electrones y los bits se acomodan al segundo cerebro, a la memoria de tantas que abandono de mis comodidades diarias para evitar el olvido. Me tumbo para descansar las piernas andadas en silencio, tras estas ansias de ti, pues solo detuve el roce, el beso robado, escondido, efímero y cierto.



Tomaré mi costilla de ti, Adán, mi hombre, para sentirte y desandar los pasos, encontrar el escándalo, aventar la laptop por la ventana (y solo escribir tu cuerpo), beber el vino de tu sangre, abrazarte fuertemente para que no te vayas (y que se mueran de envidia mientras nos contemplan, los sedientos, los nunca bienamados) y decirte que bailo en este hilo de luz, tejiendo tu nombre mientras estallan las luces en la ciudad espejo, por la que regamos el rocío de nuestros besos, la fuerza de nuestra mirada enlazada, el rumor de los dos mientras nos seguimos amando.

Duermo.

Y estas al este, por donde me habitas.

jueves, 16 de julio de 2009





Memoria de la huída.

I
Ser la que se va
y pensar en no volver nunca a la jaula de las desilusiones
no es una decisión fácil:


Volver al cobijo seguro, a los diamantes, a las luces,
a los escenarios, al oro que mata todo deseo de amor,
de lujuría.
A los besos robados, a la apariencia de un traje fino
de una relación segura socialmente.

Volver
a los barrotes del poseedor
del “eres solo mía”.
Solo a cambio de esa seguridad que ata
de la conveniencia que perdona todo
de ser la siempre bella y bien amada mujer que todo lo da y atiende.
Que tiene a un hombre que la ama, la ata y la besa
con el amor prestado
con el corazón de lata
con el ser que no tiene una palabra
poeseído por su ego
por su gran soberanía
con su falta de amor por todo y por todos.

Como volver al ser que se odia,
a matar al hombre
al riesgo de la prisión, de la censura
a la falta de libertad, de pasión, del fuego de la lujuría,
de no poder sentir nunca en las entrañas
esto que hoy llevo dentro
y que me libera
y que me da paz
y que es mi fortaleza en la que me reflejo.

Soy la que no volverá
la que cerró sus oídos, su ojos y su corazón,

a la muerte,


la que huyó para amar
para sentir por fin ser mujer en plenitud
y vivir esta vida que se consumía
en una veladora.
Ser la paloma que encontró el hilo en el cerrojo
y lo desató, a pesar del sangrado
del cansancio por volar
de la falta de alimento,

y mucho miedo.

II
Sin mirar atrás, huyo de Sodoma
Voy camino al norte, a la luz que me rescata de esta podredumbre
de esa ciudad que odio, y que me envenena las entrañas,
Voy a la urbe
desconocida
el instinto no se equivoca cuando las cosas están muy mal

Y nos lleva a otros sitio
Y nos saca del mar como tesoros a sus orillas.

Estoy en sus arenas
Llegó a la isla virgen
A un destierro voluntario.
Soy aun así la pecadora,
que labra otro destino,
sin miedo
la que olvida el daño
sin rencores,
con el perdón de un santo y sus plegarias.

La que lava en el mar todas estas lágrimas,
que ya no brotan,
y vuelve a mirar a lo ancho las estrellas,

la que empieza otra vida
como ave Phoenix
con una veladora nueva
un nuevo dios para adorar
un hombre amado, que me toca las piernas
y me cobija con su cuerpo
un vestido de luces para no perderme,
y mil talentos para repartir.

Soy la que baila a lo largo de la playa
la que mira en el horizonte un barco que se aleja,
la reina de esta isla de amor,
por donde nace un sol que ilumina mis vacios.










sábado, 11 de julio de 2009





Otra estirpe

Eros, yo quiero guiarte, Padre ciego...

pido a tus manos todopoderosas ¡

su cuerpo excelso derramado en fuego sobre mi cuerpo

desmayado en rosas!

Delmira Agustini, Poesía, Casa de las Américas, La Habana, 1988.




I

See mi paz

en esta noche tan callada en la que me pierdo

y el estruendo de los rayos me llama,

en este día en el que la luz lo envuelve todo

y no hay miedo,


ni llanto,


ni rencores.



II

Me dices: que voy muy callada,

solo pienso

en este recorrido junto a ti,

las palabras que escucho

el símbolo de tu mensaje,

en estar muy dentro de tu piel,

en cada micra que se une con nuestros efluvios al tocarnos.



Solo pienso

en cada instante de tu piel bajo la mía

en tus manos que se enlazan próximas

y me guían a tu zona fuerte a la que me nombra

exaltada en cada temblor de mi cuerpo.



Motivada voy, te huelo, me guías
acudo inmediata a tu llamado
a tus señas, con el cuerpo
que me explora, y me lleva al inicio del nuevo encuentro
como si fuera nueva cada vez que me tomas,
tan suavemente
estrechándote
siguiendo el ritmo del cuerpo extraño, nuestro hoy
en esta habitación, tan sola, tan llena de silencio, como esta zona árida
en donde nuestro sexo es un río que brota
y colorea todo a nuestro paso.



III
Aun con la ensoñación real de los sentidos,
de las sensaciones que no cesan de seguirme
de este silencio necesario de mis voces,
vuelvo a ti en estas letras:
me tomas de la mano, entramos a nuestro ritmo
y la ropa se vuelve hoja seca con tanto calor que nos dejamos
y caen, en esta lluvia de otoño adelantado,
en esta estación que arde, mas no es motivo
para ver la llama del deseo que nos circunda
para ver el huracán y la ola que se juntan
en esta exaltación del cuerpo vivo.

Sedemos,
vamos entusiasmados, a la cama, al deseo
al paraíso de los dos, al cuerpo próximo,
mientras me sigues guiando con labios,
mientras voy por la pieza mas importante de tu laberinto
y la huelo, y la percibo, mas allá de los ojos
que la saborean, dejando que la lengua
la mire, se deleite, la aprisione,
cierro los ojos,
y mis manos y mi aliento, te hacen mío,
Y sigo la profundidad de este cielo en el que he caído,
El que me cedes para disfrutarlo,
y ser mariposa en tu bosque de cedro vivo,
y sabores de duraznos.

Cálido,

húmedo,



alumbras



amoroso mientras me subo por tus ramas,
y te recorro de norte a sur,
como una letanía de besos te circundo,
y los ríos van y vienen por nuestros cuerpos
por este despertar a la delicia,
estalla un manantial, las voces callan,
los sentidos platican enlazados entusiasmados
y los capullos de algodón nacen.
por esta zona de silencios, por la que hacemos el recorrido
y me vuelves a tomar tuya
y me invitas de nuevo al laberinto,
tomando mis caderas, te siento en todas la imágenes de este universo
que late a nuestro ritmo
de este diálogo de los dos
mientras escucho todos los sonidos corporales como una orquesta
a la que sigo con esta música del pandero de gitana,
con esta desolación que haz hecho tuya
y tus manos, por las que me brinco a tus orígenes me involucras
a la complicidad de todo tu ser que me transforma,
al que cedo y amasas, que voy mientras me tomas,
en esta soledad que solo espera
volver siempre a ser tuya.

Estoy en ti, me llenas toda,
me enlazas, y cabalgamos por los campos que se renuevan
mientras somos un solo lugar
un momento que se prolonga
en el acontecer de estos cuerpos tan cercanos, parecidos,
que por fin se han encontrado en la totalidad, en la dicha,
en esta bendición
de estar plenamente amados.

viernes, 10 de julio de 2009




Despierto,


después del delicioso placer que me compartes,

del alimento del deseo, y de tu piel en mis labios.

Despierto, miro la página en blanco

y mis ideas que van y vienen de ti:

en la oscuridad de tus pupilas

la nebulosa se expande y caigo en ella como en el ojo por donde Dios me mira desde ti.

Inmersa en el espejismo, sigo las sensaciones

a donde tus manos me lleven.

martes, 7 de julio de 2009




Delirios






I
Esta pasionaria, se ha convertido en delirio.
Tatuada
Camino hacia él.
Flor-hombre
que se abre como un espejismo ante mi vista
que te vas y llegas, seguro al deseo de mi boca,
esperándote, con la luz encendida, con el desvelo amoroso.
Solo mirarte
y ver tu aroma que se riega por mi cama
como la luz
como el silencio.
Este delirio se abre a tu voz en la distancia,
y te tiene cerca como el eco por el que transitas.






II
Llego, después del peregrinar,
las puertas nos han dicho vuelve.
El transitar de los que ya sin ser sonámbulos o bufones han marcado su territorio
familiariza.
Solo tomo lo deseado,
Como ladrona del tiempo
de las estaciones
del último fragmento de luz
y de un trozo de papel para marcar la hora precisa del encuentro.


III
Tus ojos tras el cristal me dicen maravillas,
y me acurruco en ti,
como la única cobija del mundo.
Te miro tras el espejo
y mi cuerpo te desea, y se junta en la distancia con el tuyo.
Horas de espejismos,
en donde el alma viaja,
y somos solo nosotros los que se encuentran y nos olvidamos del mundo,
y esta imagen nos delinea en trozos.
Y dos cuerpos se reflejan
amados sin distancias.

lunes, 6 de julio de 2009

La estacion de los temblores



Mariposas en la luz



Este delicioso placer, profundo
donde la boca aguarda los deleites
sabe en su hoy que las nostalgias son ave fénix.



Muere el bienamado en su careta, cae el vestido hipócrita de los reyes:
por fin del mundo me he librado,
de sus pasadizos, de sus misterios, lujurias, redes.



Ámame
en la estación violenta,
en el juego acelerado de ir y venires de bufones.



Sea el cuerpo nuestro refugio próximo,
rodeados, protegidos,
mientras escribo un canto que me despierta de las pesadillas próximas,
que me alimenta con tu sabia dulce,
mientras bailo por en esta música tuya
que se entrega
que me cede el mundo de fractales
que compone una nueva sinfonía
en su propio enigma,
en su extrañeza,
en la individualidad que ansio.



Este delicioso placer que cedes,
y provoca manantiales,
ha desatado la furia de las mariposas
que se amontonan en el vientre que exploras.





Sembradores.



Se nos ha dado la tierra.
Los ojos se han encontrado nuevamente, inicia el rito del deseo.

Nos buscamos,
con la ansiedad del que no ha respirado por muchas horas.

Tomas mis manos, y vas mas allá, jalándome para llevarme a tu cuerpo
que de nuevo se enciende y me siento en tu árbol de mil ramas.


Me besas, con tu deseo de hombre
en nuestras ansiedades explorarnos,
para encontrarnos, nos atamos uno de otro
para no perdernos
y estas tras de mi
yo dispuesta a tu entrega,
ángel guardián, hombre que me arropas como ser de sol,
inicia el estremecimiento:
un temblor sucumbe la tierra
hay un nuevo inicio mientras buscamos el refugio
que nos hable de nosotros mientras pasa el cataclismo.

Miras



nos perdemos al encontrar la morada
tus manos han recorrido las extremidades, hasta su origen
y el temblor de tierra me divide.
y mi lengua que te ansia, y sigue a cada poro,
a tu hombría
al inicio de todas las historias.



Entras en mi cuerpo,
completo, sin el plan a seguir,



sin el prejuicio programado



pleno

tu

que vas mas allá de ti, a donde esos ojos y estas manos que exploran de lado a lado
descubren sus grietas
y las sellas con amor profundo,
con el éxtasis de esta media-tarde
de éstas noches de insomnios húmedos
con la voz que despliega mis orgasmos
que desean gritar desde esta celda pálida,
que se encuentran con tu rostro
sintiéndose en tu cuerpo,
y sigues explorando mi pecho,
cuando te acaricio el lado izquierdo
abrazados fugados,
para seguir en esta danza sin fin tras los espejos.





domingo, 5 de julio de 2009

de sillas voladoras y otras cosas...


I
Se de un hombre que en su recorrer por la vida,
ha pasado en mis sonidos, cuando iniciaba la mañana,
es del lugar del viaje al que nunca fui, y que hoy solo es la fantasía de los rieles.
Va por el camino de mis deseos
y me estremece cuando recorre
parte a parte el jardín de mis poros.
Viene a mí,
en este mediodía, y me alimenta con sus manantiales,
con su miel de caricias, me deleita
y voy pregonándole al viento, a los abismos y a mis demonios
que estoy poseída:
que hay una luz que no se tapa con los soles,
que hay mil espejismos atravesándome,
que soy la mujer amada.
que su ser se ha vuelto un hilo en mi vida
con el que me ato, me desato y me embellezco.
Extasiada, bailo al ritmo de su cuerpo
profundo bajar y subir de las entrañas universo.

II
Tras la espalda te colocas:
me abrazas como el sentir de un temblor que recorre mi tierra.
Y vas al sur, seguro en el silencioso baile de la entrepierna.
Llegas a mi,
enredándome con tus brazos fuertes, seguros,
con tus besos firmes y templados
haciendo de mi voluntad palomas en las manos.
Vamos juntos hoy,
en este camino, con el pretexto de los papeles,
y las frases que nos recorren a nosotros,
son la palabra viva que nos invoca
y nos hace girar hacia las primicias,
al primer amoroso dolor de estar en ti,
de sentirme segura entre tus piernas,
y aprender a volar juntos en una silla.

III
Cibernautas…
La ciber extención del deseo,
de la cámara que llega a donde la seducción atraviesa el cristal con que se mira,
de estos secretos escritos,
de los besos, los cuerpos desnudos que se admiran.
Ver,
esa extensión de la piel desnuda
tras el cristal de una caja mágica:
abrir la laptop y entregarse sin reservas
de darse el cuerpo maravilla al cibermudno,
sentir que la desnudez, es la cobija
los brazos cálidos de ti, admirando esta ventana por la que provocas,
de ser esta diosa, tuya,
tan tuya que se exhibe entusiasmada,
en este pequeño gran espacio.